Uno de los problemas que más enfrentamos al iniciar proyectos es la falta de persistencia, somos muy emocionales, decimos rápido el “si” sin entender el compromiso que nos espera por delante. Siempre le digo a los novios, que bueno que se hayan preparado para la boda, con esa misma intensidad espero lo hayan hecho para el matrimonio. La boda es un momento, pero el matrimonio es para toda la vida, la boda es un evento, el matrimonio es un proceso.
Muchos inician planes, pero muy pocos los terminan, pagamos el año de gimnasio, pero vamos 15 días, decimos este año me leo la biblia y después de un tiempo suspendimos la lectura, y mejor no hablemos de la dieta, ese es un capítulo aparte, porque nos dejamos guiar por la emoción del momento, pero para avanzar y cumplir se requiere mucho más que buenas intenciones, se requiere disciplina, sabiduría y mucho dominio propio.
Para que un cambio sea duradero, el cambio debe empezar primero en nuestros pensamientos, en nuestra mente. Cualquiera que ha pasado una cirugía de balón gástrico sabe que antes de la cirugía son meses de entrenamiento con la dieta y los pensamientos, para que una vez el proceso empiece este alineado el pensamiento y la acción. Si no hay una preparación, tristemente la persona volverá a los viejos hábitos de comida y a su sobrepeso.
Mas allá de las buenas intenciones, necesitamos desarrollar habilidades que nos ayuden a ser intencionales, a tomar acción sobre los pensamientos.
Jesús hablo en muchas oportunidades de los frutos, aquello que brota después de un proceso de madurez, que lleva tiempo y es el resultado de mucho trabajo.
En Mateo 7:15-20 el está hablando de los falsos profetas, gente que habla “bonito” pero que su vida esta muy lejos de aquello que predican, en otra oportunidad dijo de los fariseos:
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
Mateo 23:3
El decir y no hacer se convierte en una mentira, por eso Jesús recriminaba fuertemente a los fariseos. ¿A que voy con todo esto? Al decir pero no hacer nos engañamos a nosotros mismos, es momento de revisar que nuestros pensamientos, palabras y acciones sean una sola cosa, te puedo asegurar que eso dará un fruto que permanece.
Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre.
Juan 15:16
Este versículo desarrolla 3 tiempos y 3 verdades que espero te ayuden a pensar en tu propósito en el reino de Dios.
- Pasado: Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Habla de algo que te comenté ayer, estamos dentro del plan de Dios, es su propósito, no es de nosotros, el ya tomó la decisión y es algo que no podemos cambiar.
- Presente: Vayan y produzcan frutos duraderos. Esto requiere acción, movernos, activarnos, dejar de hablar y ser gente de fe, gente que produzca frutos duraderos, que permanezcan, yo lo llamaría frutos con legado.
- Futuro: El Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre. Esa es la parte que todos esperamos y que no entendemos que la bendición es resultado del fruto, de la obediencia, es más debemos enfocarnos en el rostro de Dios y simplemente el nos abrirá sus manos, esto quizás lo has leído cuando dice la palabra “Busca primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Mateo 6:33.
Queremos el futuro glorioso pero tenemos que vivir intencionalmente el presente dando frutos, referenciándonos del pasado.
Las buenas intenciones no son suficientes, ¡tenemos que actuar!
Compromiso Día 3.
Practiquemos la coherencia, seamos intencionales, no nos quedemos en el pensamiento, demos paso a la acción, en todos los entornos que estemos, dejemos de pensar en las palabras que le diría a tu esposa y díselas, las muestras de afecto a tus padres o hijos, no esperes una situación final para correr y ser intencionales con los tuyos. Ser intencional es diferente a tener buenas intenciones.
Tenemos la visión y ahora viene la acción.
Crea cronogramas y hoy pon fechas a los proyectos que estas trabajando, la diferencia entre un sueño y una meta es una fecha. Crea cronogramas no emocionales sino reales, hay metas que pueden ser a largo plazo y esta bien, pero para cualquier meta larga se necesitan pequeños pasos, empieza a monitorear y poner fecha.
Involúcrate en un ministerio o servicio en la iglesia, servir a otros es la mejor manera de desarrollar frutos, prepárate, capacítate ¡ponle fecha a eso! No esperes otra temporada, si hoy estás leyendo esto, se que Dios te trajo para hablarte.
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