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Hace un par de años atrás me metí a organizar un campeonato de futbol cristiano, el cual tenia varias reglas, una de ellas era que los equipos estuviesen formado en la mayoría por miembros bautizados en un 80% (por aquello del “testimonio”) y el otro 20% por personas no bautizadas, o amigos que visitaran nuestra iglesia. Uno de los requisitos de los visitantes o amigos era que debían asistir periódicamente a la iglesia, bueno esa estrategia permitió que los equipos se interesaran en que sus “refuerzos extranjeros” estuvieran puntualmente en los servicios, o en cualquier reunión en la iglesia. Aunque gracioso, fue una buena manera invitar amigos a la congregación, ese podría llamarse el punto bueno.

El punto malo empezó a surgir con cada partido que disputábamos entre los equipos “Cristianos”, …  cuando la sangre se calienta, cuando la pasión puede mas que la convicción, woow! Podías ver al líder de “x” cargo como hacia una plancha al mejor estilo “bedoya” y se levantaba sulfurado y el agredido desde el suelo metía un codazo en “el nombre de dios” (en minúscula a propósito para no ofender a nadie), directo a la cara de su oponente, esos partidos entre “cristianos” se habían vuelto una escena de la película 300 o Troya, de verdad daba miedo entrar en la “arena”.

Aquel hermanito que te recibía en la puerta de la iglesia con una sonrisa y un Dios te bendiga, ahora se había transformado en un verdugo justiciero, en su rol de defensa debía asegurar el perímetro y regalar, patadas, guayazos, codazos y de ser necesario utilizar palabras fuertes y denigrantes contigo para que no pasaras su Zona. Realmente asustaba, yo pensaba seriamente en tener al final de los partidos, grupos de sanidad interior y/o guerra espiritual, de seguro había alguien al final de cada partido que había que ayudar por resentimientos o porque necesitaba una liberación.

La frase favorita de estos hermanos era, “soy manso pero no menso” tome pa’ que lleve.

Yo siempre digo que en la prueba es donde se conocen a los verdaderos cristianos, pero debería añadir que también se conocen cuando deben enfrentar sus pasiones sean buenas o malas. Siempre que hay un evento deportivo hay rivalidad, y no quiere decir esto que como cristianos no podemos ver futbol o jugarlo, o llámese cualquier otro deporte (Ajedrez Extremo por ejemplo….jajaja es broma), pero si debemos controlarnos y en todo caso evitar las peleas, burlas e insultos que muchas veces se levantan por una pasión ciega por un equipo, un jugador o un partido donde tristemente muchos de nosotros no tenemos nuestra plata invertida, pero si nuestro corazón.

Peleamos por el Barça, o el Real, o el Manchester o el Chelsea o el ____________ (dejo el espacio para que pongas tu equipo) y que bueno, eso nos da identidad, el ser humano por naturaleza es competitivo, yo también he visto a mi equipo jugar, sufro grito, me molesto, pero al final debo reconocer que solo es un juego donde no siempre se gana y a veces se pierde.

La biblia menciona en mateo 7:16 “por sus frutos los conoceréis “ , y yo creo que nuestra vida diaria es el lugar de los Frutos, aunque me ponga una soga en cuello con lo que voy a decir, ¿de que me sirve hablar de amor de Dios, sino lo practico? , ¿de que me sirve hablar de santidad sino vivo en ella?, ¿no es acaso eso doble moral?.

Hablaba con una de esas personas fanáticas y “apasionadas” y me decía, Gustavo es que cuando la sangre se calienta uno no piensa, solo actúa! Y eso me hacia reflexionar mas, ¿acaso la biblia no habla del dominio propio? ¿no es ahí donde se aplica?

Proverbios 25:28 nos dice: Como ciudad derribada y sin muro. Es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda.

“Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.” (2 Pedro 1:5-7)

Reconozco que a veces nos provoca, dar una patada “santa”, o un puño “ungido” pero algo que muestra el verdadero carácter del cristiano es el “DOMINO PROPIO” , creo que es tiempo de aprender a usarlo, respira profundo, pide sabiduría, no te apresures a contestar, ante todo debes saber que Dios ha puesto eso en ti, pero debes ejercitarlo y en el día a día siempre nos vamos a enfrentar a situaciones que nos sacaran chispas.

Efesios 4:22-24 “Que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe Según los deseos engañosos, ser renovados en la actitud de vuestra mente; y poneros el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.”

 

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