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Tenia 18 años cuando mi hermana murió, habíamos estado orando a Dios por un milagro por casi dos años, y Dios había respondido extendiéndole la vida por ese tiempo cuando la ciencia decía que iba a quedar como un vegetal, ciega, cuadrapléjica y sin sentidos, esto debía ocurrir en menos de seis meses desde el diagnóstico inicial, recuerdo ver a mi madre tirarse en el suelo de la clínica y llorar y orar a Dios porque le extendiera la vida, bueno quizás no lo sabíamos pero así fue, mi hermana duro dos años más con nosotros y hasta el último día ( estuve presente en su último suspiro) estuvo consciente, hablando, escuchando y hasta bromeando.

La muerte a muchos le asusta, pero ese día pudiera decir que fue un día muy especial, me despedí de mi hermana abrazada a ella, llorando, riendo, cantando, recordando y pechichando a mi ejemplo por muchos años, mi hermana mayor.

Recuerdo a mi madre arrodillada llorando y mi hermana saco fuerzas y de sus últimas palabras fue decirle » tu eres pastora, tu lugar no esta en el piso lamentandote, ponte en pie y alaba a Dios».

Después de eso me cuestione fuertemente porque Dios no me había llevado a mi, si comparabas mi vida en ese momento con la de mi hermana, ella siempre fue ejemplo, nunca supo que era pelear con mama, o llegar tarde a la casa, o no supo que era un correazo o un chancletazo cosas que eran mi diario vivir, era obediente y sobre todo amaba a Dios con todo, algo que yo no entendía pues vivía más por tradición que por convicción.

Porque a la gente buena le pasan cosas malas! Bueno ese es el título de un libro que nunca me leí pero que me hubiese gustado en el momento leerlo, debo confesar que mi aparente Fé, fue puesta a prueba y como era de esperarse fue facturada, me aleje de la iglesia, me aparte de Dios, me parecía injusto todo lo que había pasado, me creía un gran adorador (era músico y tocaba en la iglesia ) pero la verdad estaba bien lejos de ser un VERDADERO ADORADOR, me sentía frustrado, el Dios que hace milagros no lo había hecho en mi hermana.

Que delicia cuando decimos el Señor es mi pastor y nuestra nevera esta llena de par en par, están pagos todos los servicios, cubiertas todas las obligaciones y aún así te queda dinero para disfrutar de una salida o comprar un capricho, que rico es decir » El Señor es mi pastor, nada me faltara».

Puede ser económicamente, emocionalmente, espiritualmente, laboralmente, cuando estas estable y feliz es el mejor momento para ser un buen cristiano,
Pero que de los «No» de Dios? Creo que de esto no nos hablan casi, por lo general escuchas de que Dios puede hacer el milagro, o que puede traer solución a tu problema, pero que pasa cuando Dios dice no?

Dios abre puertas pero también las cierra, uno de los principios del verdadero adorador es que su motivación para adorar a Dios no depende de sí el día apareció nublado, o si tiene la nevera vacía, no depende si Dios le dio provisión hoy o si hoy amaneció sano, un verdadero adorador sabe que Dios es SOBERANO y que debe ser adorado por lo que es y no por lo que haga en nosotros.

Tenemos que cambiar la mentalidad con que vamos a la iglesia, muchos van para recibir un milagro, otros para recibir bendiciones de Dios, pero muy pocos van para darle a Dios. Nos gusta recibir pero no dar! Cambia el chip de «bendiceme Señor » a «Bendeciré al Señor».

La adoración a Dios no se trata de nosotros, se trata de Él, pero nos molestamos cuando parece que Dios no nos bendijo, o quizás el mensaje de hoy fue muy duro, no era la palabra que querías, o las alabanzas que tocaron estaban medio aburridas, bueno debes recordar que nada de lo que hacemos en nuestras congregaciones lo hacemos para agradar a los hombres, antes debe ser para sólo glorificar a Dios.

¿Te molestas cuando Dios no te respondió a «tiempo»?
Cierta vez vi esta frase » Dios nunca llega tarde, el no usa reloj». Cuán cierta frase. Si escribo de esto es porque lo he vivido muchas veces en mi vida, Dios no ha permitido que proyectos maduren, no ha permitido tener una sanidad milagrosa en un abrir y cerrar de ojos, tampoco permitió ofertas de trabajo, y otra lista de cosas más que sería para vivir amargado. Pero sólo el tiempo y Dios mismo hablándome me lo ha podido explicar no en mi tiempo, solo en su tiempo.

Todas las cosas obran para bien a los que ama al Señor,

Empece a escribir de esto, después de leerle a mi hija la historia de 3 hombres que fueron echados al horno de fuego por no adorar a ídolos ( si estas todavía leyendo, de seguro esto es para ti), lo que más me gusta de ese pasaje es la respuesta que dan ellos cuando el rey lo amenaza con matarlos si no se arrodillan a adorarlo,

Sadrac, Mesac y Abed-nego le respondieron: —Su Majestad, eso no es algo que nos preocupe. Si el Dios que adoramos así lo quiere, es capaz de librarnos del fuego y del poder de Su Majestad. Pero aun si no quisiera hacerlo, nosotros no pensamos adorar esa estatua de oro. (Daniel 3:16-18 TLA)

La actitud de ellos no fue » retadora» ellos sabían que Dios los podía librar como efectivamente paso, pero también sabían que existía la posibilidad que Dios no lo hiciera, pero pese a eso, ante esa alternativa tampoco se iban a doblegar.

Que bueno aprender a disfrutar los «SI» de Dios, pero también a respetar la soberanía de Dios, y que cuando Diga «NO», digamos no importa se que me amas y todo lo haces por mi bien aunque mi presente no lo entienda.

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