En un avión no puedes frenar y bajarte porque la turbulencia te afecta! Sólo debes soportarla, como dice el dicho «después de la tormenta llega la calma». Puede que el avión este bailando en el aire y que parezca una simple hoja de papel ante la inmensidad y fuerza de los vientos, el capitán avisa con una voz muy tranquila, «señores estamos pasando una turbulencia abrochen sus cinturones y mantengan la calma, pronto pasara esto es normal «.
Mi estómago revuelto, esto parece una montaña rusa, pero no es para reírse!!! Sólo bajar la cabeza orar a Dios para calme los aires y le de la pericia suficiente al piloto para llegar.
Eso mismo viví en mi último viaje en avión en un vuelo de San Antonio hacia Atlanta, en medio de la turbulencia reviso el Facebook y un amigo pastor ( Alejandro Alonso) había puesto lo siguiente, » Es IMPOSIBLE bajarse de un avión en una turbulencia, y esta es la razón por la que llegamos al DESTINO» ,
oh cuán reales esas palabras para mi en ese momento! Sólo me relaje y le dije al Señor, Dios tu tienes promesas en mi vida que no he visto cumplidas, se que este no es mi momento, alguien dijo una vez » vivirás hasta que Dios cumpla sus propósitos en ti».
En este caso me toco hacer uso de cada una de las promesas de Dios en mi vida y recordarlas! Confiar en la pericia del capitán y sólo esperar llegar al destino esperado.
Me recuerda el pasaje cuando Jesús le dice a los discípulos, vengan pasemos a la otra rivera, Jesús entró y se acostó a dormir, y en mitad del camino se desato una tormenta que los discípulos temían por sus vidas y corrieron a Jesús a despertarlo y pedirle ayuda, Jesús sólo les prometio llegar, no dijo que en el camino no habrían tormentas, o dificultades o turbulencias!!! El se los prometio y así cumplió ! Llegaron al otro lado.
Cuando Dios te de una promesa, aferrate a ella!! No importa que tu presente diga » Es imposible», deja tu vida en manos del mejor piloto, confía en Él y el hará .
Recuerda no te puedes bajar del avión en la turbulencia, sólo espera, confía en el mejor piloto, llegarás a tu destino.
Encomienda a Jehová tu camino,
y confía en él; y él hará.
Salmos 37: 5